
Cucarachita
Una vez Cucarachita se encontró una moneda. Entonces empezó a pensar qué iba a comprar, pues quería que le durara mucho, y decía:
- Si compro pan, se me acaba; si compro habichuelas se me acaba - y así decidió comprar almidón para empolvarse.
En seguida se fue a su casa, se bañó, se empolvó y se sentó en el balcón para ver los jóvenes que pasaban. Acertó a pasar por allí un buey, y al verla le dijo:
- ¡Cucarachita! ¡Qué linda estás hoy!
-¿Tú cómo haces? -Ie preguntó ella.
- Muuu, muuu --respondió el buey.
- Ay, no, no, que me asustas.
Más tarde pasó un gato y ella Ie preguntó:
- ¿Tú cómo haces?
- Miau, miau, miau -respondió el gato.
- Ay, no, no, que me da miedo.
Y así, fueron uno por uno todos los habitantes de aquella ciudad, hasta que pasó por allí el Ratoncito Pérez.
- Ratoncito Pérez, ¿cómo tú haces? -Ie preguntó Cucarachita.
- Chin, chin chin -dijo el Ratoncito.
-Ay, sí, sí, sí ; tú me gustas; me voy a casar contigo.
Un día después de casados Cucarachita estaba cocinando. Dejó por un momento Ia cocina sola, cuando se presentó Ratoncito Pérez, se asomó a ver lo que ella estaba cocinando, y ipum!, se cayó en la olla.
Cuando Cucarachita vino, se encontró con el Ratoncito muerto, y empezó a cantar y a llorar a un mismo tiempo:
Ratoncito
se cayó en Ia olla.
Cucarachita
Io canta y lo llora.
Y se acabó mi cuento con ají y pimiento; y el que lo está oyendo, que me haga otro cuento.