Nasrudín estaba sentado conversando con un amigo cuando caía la noche.
- Enciende una vela - dijo el amigo-, pues ya ha oscurecido. Encontrarás una a tu izquierda.
- ¡Tonto! ¿Cómo puedo distinguir mi izquierda de mi derecha en la oscuridad? - preguntó el Mulá.